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miércoles, 5 de abril de 2017

Poder.... corrupto e idolatría al politico

Poder.... corrupto e idolatría al politico.No hay texto alternativo automático disponible.
La idolatría política puede crear una especie de esclavitud, es un enamoramiento que nubla el sentido de la razón, se pierde el sentido común y se baja la cabeza ante alguien que tiene y comete errores que pueden ser trascendentes, los políticos no están para ser servidos y adulados, los políticos deben servir al pueblo con honor, así debe ser, es lo lógico. “El hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo.” (Eclesiastés 8:9.) Este versículo resume en una sencilla frase toda la historia de la política mundial. Y
La sociedad siempre debe buscar un mejor futuro, aportar ideas y apoyar a quienes pueden crear mejores condiciones de vida y asegurar un rumbo progresivo de bienestar en todas las áreas de la sociedad del país, de otra manera el circulo vicioso de esa idolatría acabará solo siendo una forma cómplice de corrupción, una esclavitud consentida, se pierde el sentido de libertad, la búsqueda de justicia, se renuncia a los derechos, dejando así a un lado la ley, la gente no puede prestarse a la manipulación perversa del "ídolo" o de quienes se aprovechan de ese fanatismo. Si bien es cierto que, en los gobiernos de América Latina, se ha podido apreciar un crecimiento importante en torno a la preocupación por los pobres, no es menos cierto que éstos aún no llegan a ser sujetos de su propia historia, y son manipulados, e incluso convertidos en objetos de ideas y adhesiones políticas sobre las que basan todas sus esperanzas. No basta que los discursos y las políticas públicas sean para el pobre, sino en qué medida les permiten convertirse en sujetos y alcanzar su autonomía.

La idolatría política crea a un gigante ídolo, dueño de todo hasta de las voluntades y deja al pueblo pequeño indefenso, abusado.
Hay una profunda conexión entre corrupción e idolatría, así como están indisolublemente unidos también corrupción y miseria del pueblo. debemos estar conscientes del hecho de que ningun gobierno no puede salvarnos. ¡Solo Dios lo puede hacer! Nunca leemos en el Nuevo Testamento, que Jesús, o cualquiera de los apóstoles invirtiera ni tiempo ni energía enseñando a los creyentes cómo reformar al mundo pagano de su idolatría, inmoralidad y prácticas corruptas por medio del gobierno. Los apóstoles jamás instaron a los creyentes a demostrar desobediencia civil para protestar contra las injustas leyes o los regímenes brutales del Imperio Romano. En cambio, los apóstoles les ordenaron a los cristianos del primer siglo, así como a nosotros hoy, proclamar el Evangelio y vivir vidas que den una clara evidencia del poder transformador del Evangelio. En la historia política siempre ha habido sujetos con ansias mesiánicas. Sin embargo, a ese fenómeno sociopolítico, se le añade hoy en día un elementopseudoreligioso.
La corrupción hace perder el sentido de la verdad. Jeremías se preguntaba acerca de sus autoridades: “¿Perdieron su prudencia los inteligentes o se corrompió su sabiduría?” (Jer 49,7). No hay duda de que nuestra responsabilidad para con el gobierno es obedecer las leyes y ser buenos ciudadanos (Romanos 13:1-2). Dios ha establecido toda autoridad, y Él lo hace para nuestro beneficio, "para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien." (1 Pedro 2:13-15). Ciertamente la corrupción enturbia la inteligencia (Sab 4,11) y ahoga la verdad (Rm 1,18), especialmente la verdad acerca de Dios. ..... Y ello le lleva a la increencia en el Dios de la vida y a la invención de todo tipo de ídolos de muerte.
El poder corrupto aleja de Dios. Se dice en la Biblia acerca del rey Ozías que “su fama se extendió lejos porque fue prodigioso el modo como supo buscarse colaboradores hasta hacerse fuerte. Pero una vez fortalecido en su poder, se puso muy orgulloso hasta corromperse; y así desobedeció a Yavé, su Dios” (2 Cró 26,15s).....Uno de los grandes engaños de Satanás, es que pongamos nuestra confianza para la moralidad cultural y vida piadosa, en las manos de políticos y funcionarios gubernamentales. La esperanza nacional de un cambio, no se encuentra en la clase dominante de ningún país. La iglesia ha cometido un error si piensa que es trabajo de los políticos el defender, difundir y guardar las verdades bíblicas y los valores cristianos.
Pocos decenios antes del nacimiento de Jesús, en el libro de la Sabiduría encontramos estas sorprendentes afirmaciones: “La invención de los ídolos fue el origen del libertinaje; cuando aparecieron se corrompió la vida” (Sab 14,12). “Porque el culto de los ídolos infames es el principio, la causa y el fin de todo mal” (Sab 14,27). Y añade, con sorprendente realismo político: ”Por orden de los gobernantes, reciben culto las imágenes” (Sab 14,17). El objetivo de la iglesia, de acuerdo al propósito de Dios, no se encuentra en el activismo político. En ninguna parte de la Escritura se nos ordena invertir nuestra energía, nuestro tiempo, o nuestro dinero en los asuntos gubernamentales. Nuestra misión radica, no en cambiar a la nación a través de reformas políticas, sino en cambiar los corazones a través de la Palabra de Dios. Cuando los creyentes piensan que el crecimiento y la influencia de Cristo puede de alguna manera ser aliada de la política gubernamental, corrompen la misión de la iglesia. Nuestro mandato cristiano, es propagar el Evangelio de Jesucristo y predicar en contra del pecado de nuestra era. Solo cuando los corazones de los individuos en una cultura sean cambiados por Cristo, esa cultura comenzará a reflejar el cambio. El Señor dijo que los creyentes han de ser la sal de la tierra y la luz del mundo en (Mateo 5:13 y 14). En los tiempos bíblicos nunca hubo elecciones para gobernantes de parte del pueblo. La elección de oficiales es un fenómeno moderno.
La Biblia desenmascara con frecuencia las actitudes idolátricas de algunos gobernantes y cómo su mal ejemplo lleva al pueblo a correr tras ídolos inútiles.......Los creyentes a través de los siglos, han vivido, y aún florecido, bajo gobiernos antagonistas, represivos y paganos. Esto era especialmente cierto con los creyentes de los primeros siglos, quienes bajo despiadados regímenes políticos, mantenían su fe bajo una enorme tensión cultural.
Por eso la Biblia une tan íntimamente idolatría y corrupción. Podríamos parafrasear a Marx afirmando que la idolatría es el opio del pueblo; y más aún el opio de los poderosos. Apoyados en sus “falsas ideas sobre Dios” (Sab 14,30), los corruptos pueden despreciar y pisotear al prójimo con conciencia tranquila.
No nos referimos a la gente que sinceramente dice no creer en Dios. Es probable que su decisión esté marcada por amargas experiencias de escándalos provocados por “creyentes”....... .Las entidades políticas no son la salvación del mundo. La salvación de toda la humanidad ha sido manifestada en Jesucristo. Dios sabía que nuestro mundo necesitaba ser salvado, aún mucho antes que cualquier gobierno nacionalista se hubiera formado. Él le demostró al mundo que la redención no podía ser lograda a través del poder del hombre, su poder económico, su poderío militar o su política. La paz mental, la alegría, la esperanza y el gozo – y la salvación de la humanidad – se logra solo a través de Su obra de fe, amor y gracia .